Si eres aficionado a moverte por la montaña disfrutando de cualquiera de sus modalidades es muy probable que hayas oído hablar de las vías ferratas, incluso es posible que hayas realizado alguna de las que podemos encontrar a lo largo de nuestra geografía.

Con este artículo,  desde Ecoaventura Pirineos, nos gustaría dar a conocer un poco más, sobre esta práctica deportiva, que de un tiempo a esta parte, está siendo cada vez más popular y practicada tanto por montañeros, más o menos expertos, como por personas con poca experiencia a la hora de moverse por la montaña.

Como empresa de turismo activo nos ha tocado ver de todo cuando desarrollamos cualquiera de nuestras actividades, en el caso de las vías ferratas se encuentran deportistas de todos los perfiles, desde el cliente que se acerca por primera vez a esta disciplina y no sabe ponerse el arnés, hasta grupos de la “vieja escuela” con camisa de franela, sombrero de paja y bagas de anclaje estáticas (esto es real…).

Antes de continuar, vamos a explicar que es una vía ferrata y cuál es su origen.

Una vía ferrata es un itinerario que se desarrolla en un entorno de montaña con secciones más o menos verticales. Se suele decir que es una combinación de escalada y senderismo de alta montaña. La particularidad de las vías ferratas es que están equipadas con elementos metálicos que le proporcionan seguridad y facilidad a la hora de progresar por ellas.

La seguridad se la da un cable de acero anclado por secciones a la roca, que recorre todo el itinerario y al que iremos anclados en todo momento para evitar una caída al vacío. La facilidad para progresar nos la van a dar diferente elementos metálicos, como grapas, clavijas, puentes, escaleras, tirolinas, etc. 

Son varias las teorías y puntos de vista sobre el origen de la primera vía ferrata, ya que cualquier paso o camino equipado con elementos artificiales de metal podría considerarse como tal, pero parece que hay cierta unanimidad en situarla a mediados del S. XIX (1843) en Austria, concretamente en el pico Hoher Dachstein (2995 msnm), donde se equipó su ruta normal con la finalidad de facilitar su ascenso.

Ya en el S. XX (1903), siguiendo los ejemplos en las montañas austriacas, se equipa la arista oeste de ascenso a la Marmolada (3343 msnm), cumbre más alta de los Dolomitas (Italia).

Será durante la I Guerra Mundial cuando se equipan multitud de senderos y caminos con fines militares para facilitar el paso de los ejércitos a lo largo de los Dolomitas. Todas estas infraestructuras serían utilizadas posteriormente para su uso deportivo.

En España, la primera referencia de camino o paso equipado artificialmente la encontramos en las Clavijas de Cotatuero (Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido), instaladas en 1881 por los herreros del pueblo de Torla bajo encargo de un cazador inglés.

El primer itinerario equipado con fines deportivos lo encontramos en la Canal del Palomo de Vadiello (Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, Huesca). Se trataba de una canal equipada entre 1954 y 1955 únicamente con clavijas para poder ascenderla. A día de hoy se encuentra mejor equipada, incluso con línea de vida a lo largo de todo el recorrido.

Ya en 1993 se equipa la Teresina (Montserrat, Cataluña), esta será la que se considera la primera vía ferrata de corte moderno y deportivo de España. Esta vía ferrata fue desequipada y desmontada, por lo que ya no existe.

De aquí hasta nuestros días la proliferación de las vías ferratas se ha ido produciendo a lo largo de casi todo nuestro territorio. Esto siempre conlleva cierta polémica con cada nueva instalación ya que no siempre son bien recibidas entre colectivos como escaladores clásicos o grupos medioambientalistas. 

Sea como sea, si te animas a probar una vía ferrata, debes tener en cuenta varias cuestiones para que esta experiencia sea segura y divertida.

Lo primero que debes tener en cuenta es que como cualquier otra actividad en el medio natural, esta conlleva una aceptación del riesgo, tanto objetivo como subjetivo. Por ello es importante una buena planificación de la actividad. Buscar toda la información posible, estudiar la meteorología, llevar la indumentaria y material adecuado, ser consciente de nuestro nivel físico y formación técnica, etc…

Para ayudarte un poco con la planificación te explicamos el material específico que necesitarás y los niveles de dificultad que encontraremos en las vías ferratas modernas.

El material técnico básico que necesitaras será  arnés, casco, disipador de energía con mosquetones tipo K y recomendable guantes. Tanto el arnés como el casco deben tener las certificaciones y homologaciones requeridas. Son los mismos que se utilizan en la práctica de la escalada. El disipador de energía es el único elemento específico para vías ferratas y debes tener en cuenta que siempre, siempre lo debes utilizar. Este es el nexo de unión entre nuestro arnés y el cable de acero (línea de vida), su función, aparte de unirnos a esta línea, es que en caso de caída, absorba o disipe parte de la energía producida al caer, evitando así lesiones graves en nuestra columna.

Este es el material básico, pero dependiendo de la vía ferrata también puede ser necesario el uso de cuerda, baga de anclaje, cintas expres, descensor, polea, etc…

A la hora de elegir una vía ferrata es importante que te fijes en su grado de dificultad, este viene dado por diferentes factores que debe conocer y saber interpretar.

Hay varias escalas para graduar la dificultad de las vías ferratas, pero la más utilizada es la nueva escala Hüsler, esta las gradúa de K1 a K6, siendo K1 fácil, K2 poco difícil, K3 algo difícil, K4 difícil, K5 muy difícil y K6 extremadamente difícil. Como curiosidad comentar que ya hay propuestas de dificultad K7… 

Si después de todo, no lo ves claro, no lo dudes y busca un plan B o contrata los servicios de un guía profesional, nuestro trabajo es dar seguridad, cercanía y hacerte disfrutar de cada experiencia.

En Huesca tenemos la suerte de poder contar con varias vías ferratas para poder disfrutar de esta actividad. A continuación te mostramos algunas de las más conocidas ordenadas de menor a mayor dificultad:

“Peñas Juntas” (Bierge, K1), “Santa Elena” (Biescas, K1), “Articalena” (Selva de Oza, Valle de Hecho, K2), “Espolón de la Virgen” (Rodellar, K2), “Cubilillo Os Fils” (Riglos, K3), “Cascada de Sorrosal” (Broto, K3), “Foradada del Toscar” (Foradada del Toscar, K4), “Croqueta de Obarra” (Beranuy, K4).

Esperamos que este artículo haya servido para mostrar en que consiste esta actividad y animaros a probarla siempre con seguridad, respetando y disfrutando de nuestro bonito entorno natural.

Un saludo del equipo de

Ecoaventura Pirineos.

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