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LA GASOLINA DEL CUERPO

Ni gasolina, biodiesel o eléctrico… nuestro motor no usa lo que habitualmente conocemos como energía. El azúcar es uno de los responsables de que nuestro cuerpo y mente estén cuando los necesitamos dando el máximo; y no lo entendamos como el azúcar blanco de mesa, sino como un tipo de compuesto químico. Se trata de la forma más simple de carbohidratos (o hidratos de carbono). Los carbohidratos proporcionan el combustible para el sistema nervioso central y la energía para los músculos, así como también impiden que la proteína sea utilizada como fuente de energía (y por tanto evitemos la destrucción muscular) y permiten el metabolismo de las grasas. Es decir, tienen muchas funciones, y son la forma más rápida de obtención de energía.

Este último punto es el crucial para los deportistas: el tener la máxima energía en el menor tiempo posible. Otro planteamiento, también muy válido sobre todo en deportes de mayor duración y donde no se vaya a comer mucho, podría ser el de usar la grasa como fuente de energía, pues proporciona más del doble de energía por gramo que los hidratos de carbono, sin embargo, es mucho más lento quemar la grasa que los carbohidratos, y por ello, se hace más difícil obtener esa energía de forma rápida.

No es extraño pues que, a la hora de fijarse en los geles de nutrición deportiva, veamos que la mayoría de ellos son azúcar casi en su totalidad: glucosa. Podría parecer un planteamiento correcto: “quiero energía y la quiero ahora, pues azúcar para el cuerpo y a poner la sexta marcha”. Sin embargo, no es tan sencillo. Si sois consumidores de este tipo de productos, seguramente alguna vez hayáis sentido molestias y problemas gastrointestinales después de un par de geles (si son de glucosa casi exclusivamente); pudiendo ser diarrea, dolor, hinchazón, pinchazos… ¿Por qué ocurre? En breve vamos a ello; porque antes quiero plantearos otro asunto: ¿No habéis notado que después de tomaros un gel sentís un subidón de energía, pero la alegría dura poco? Se empieza a notar al poco de tomarnos ese gel que la energía vuelve a caer, nos quedamos sin fuelle. Vamos a ver el por qué.

Pero vayamos paso por paso: problemas estomacales. El intestino absorbe los diferentes nutrientes por distintos sistemas de transporte. Veámoslo como si fuera la puerta de una famosa tienda de juguetes; que tienen una puerta grande para los adultos, y una pequeñita para los reyes de la casa, los niños. Cada uno tiene su puerta y entra por ahí. Si tenemos mucha gente que quiere pasar por esa puerta a la vez, y sólo tenemos una puerta, probablemente tengamos un atasco, y como dicen en la Guardia Civil, retenciones. Sin embargo, si tenemos dos puertas, cada una para un tipo de público bien definido, ese grupo de gente se repartirá para entrar por la que le corresponde, descongestionando así la única puerta que teníamos previamente y siendo mucho más eficiente el paso de gente por esos accesos. Y después de este símil, “¿Qué me estas contando Alex que no te pillo?” Muy sencillo: la glucosa se absorbe en el intestino por un sistema de transporte, un tipo de canales. Si nos metemos un gel de glucosa, ese azúcar ha de absorberse en su totalidad por un único tipo de canal, lo que hará que sea captado por esa “puerta” de forma única, y haciendo que dichos canales se irriten dado que tienen un gran volumen de tráfico para el cual no están acostumbrados. Y ese azúcar que aún no se ha absorbido porque está esperando su turno, irrita la mucosa junto con el ácido segregado por el estómago. Si después de un gel, nos tomamos otro, el proceso se repite, y lo que quizá estaba poco irritado, se irrita más… y si seguimos… queda claro el proceso. No todo el mundo sufre de dichas molestias, pero si una gran parte de los consumidores, y en relación por supuesto al número de geles que consumimos y si estamos acostumbrados a ello. Las molestias habituales suelen ser las comentadas previamente: diarreas, dolor e hinchazón abdominal, pinchazos, espasmos… y probablemente eso haga que nuestra carrera se de por terminada si empieza a sacudirnos el cuerpo. ¿Soluciones? Las hay, en breve hablamos de ello.

Respecto a la energía que va y viene como una montaña rusa; ¿por qué? La glucosa es un tipo de azúcar de absorción rápida, nuestro cuerpo la absorbe y utiliza de forma muy eficaz y nos da ese impulso que necesitamos; pero igual que viene… se va. Al ser tan rápido hay que verlo como el alcohol, si le prendemos fuego arde muy rápido y se acaba enseguida; sin embargo, si utilizamos una pastilla de encender, tarda un poco más en empezar a arder bien, pero dura 15 minutos (aprox.). Y si queremos mantener el fuego más tiempo, un tronco y a tirar 45 minutos aunque le cueste tiempo prender (un ejemplo). En el cuerpo se produce un efecto llamado el pico glucémico; ilustrado en la imagen. Cuando ingerimos un gel la absorción hace que el azúcar en sangre aumente; y a dicho efecto, el páncreas produce insulina que es responsable de que se absorba el azúcar en las células, y, por tanto, obtengamos ese resultado de obtener energía y rendir en el deporte; y como consecuencia, dicho azúcar sale de la sangre y se acaba la gasolina. De ahí esa sensación de perder la fuerza, porque efectivamente, hemos perdido la energía inmediata que tenía el cuerpo tanto en sangre como en reservas de glucógeno; y ahora tiene que cambiar a obtener energía de otros medios más lentos como puede ser la grasa, o de la proteína.

¿Qué soluciones hay a ambos problemas? El de problemas intestinales y perder “el chute” enseguida.

La mejor solución es buscar geles que nos proporcionen energía con varios tipos de azúcares: de alta velocidad (glucosa y maltosa), semi-lentos (sacarosa) y lentos (azúcares complejos). Esto lo que significa es un “Efecto Triple Acción” (azúcares trifásicos) que proporcionan una energía rápida y al mismo tiempo proporcionan una energía sostenida, en un largo periodo de tiempo, evitando esos picos de subidas y bajadas repentinas, obteniendo una curva de subida, y una meseta que mantiene la energía durante más tiempo. Además, estos azúcares utilizan diferentes sistemas de transporte cuando se absorben en el cuerpo, lo que significa que en total más carbohidratos pueden entrar simultáneamente al corriente sanguíneo cuando la glucosa y la fructosa se consumen juntas en comparación con cuando sólo uno de los dos azúcares se consume; y reduciendo o evitando así la irritación del estómago/intestino producida por geles que sólo contienen glucosa.

El gel energético es un alto concentrado en forma de “azúcar”, lo que significa grandes cantidades de combustible y para obtener la misma cantidad de carbohidratos en una bebida energética tendríamos que beber grandes cantidades de líquido que aumentaría la probabilidad de angustia/molestia gastrointestinal. También es importante fijarse en que no contengan nutrientes añadidos tales como proteína o grasa que pueden retardar el vaciado gástrico (aumentando el tiempo de la digestión). Pocas marcas trabajan con este tipo de fórmulas, y en mi experiencia, Etixx tiene uno de los mejores productos; y no porque lo haya visto yo así, sino en base a los estudios científicos que tienen y todos los controles que han pasado: de eficacia, seguridad y antidoping (fundamental también en deportistas de alto rendimiento). Soluciones hay muchas, pero queda claro que no todas las marcas dedican el mismo tiempo a investigar la mejor fórmula; y eso marca una gran diferencia a la hora de los resultados.

Ortopedia Lacadena Jaca

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