Profesor de Educación física, coordinador de las aulas de tecnificación de deportes de invierno y jugador del Club hielo Jaca.

 

Voy a contaros un poco porque he llegado a este punto de mi vida y que decisiones y sentimientos me han traído hasta aquí.

Llegar a este momento de mi vida habría sido imposible sin mi familia, no solo por su apoyo constante y su ayuda incondicional, sino porque desde pequeño he visto y vivido lo que es ser educador y lo que es ser deportista y la pasión por el deporte.

Mis primeros recuerdos siempre tienen que ver con estar en la naturaleza, en el campo y con movimiento, ya sea andar, esquiar, una pelota, una bicicleta, etc. Estos recuerdos tienen algo en común, la felicidad y la alegría, buenos recuerdos, por lo que no es de extrañar que siempre (Mi hermano y yo, y más tarde mi hermana), estuviéramos a deseo de llegar a casa, o ir de fin de semana, para hacer “cosas”. Todas estas “cosas” casi siempre tenían que ver con deporte en la naturaleza, guiados por mi padre y bajo la atenta mirada de mi madre. Hacer senderismo, esquiar, montar a caballo, montar en bicicleta, etc.

Además, mi padre era miembro del equipo militar de esquí, y del GMAM, por lo que en casa también se hablaba de su pasión por el deporte y podíamos ver lo que significaba ser un deportista. Mi madre, no se quedaba atrás y participaba en todo con nosotros, por lo que desde niño también pude ver lo que es el esfuerzo, la necesidad de trabajar duro y “entrenar” si quieres mejorar en cualquier ámbito de la vida y el trabajo en familia, antesala del trabajo en equipo.

Tanto mis abuelos paternos como mi madre, son maestros y educadores, y mi padre también ha sido educador durante gran parte de su carrera militar, por tanto, desde niño he vivido la pasión por la Educación y el respeto hacia esta profesión. Simplemente viviendo fui descubriendo, mentando a Ghandi, como la “educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo” y crear una sociedad mejor. Cómo los educadores si ponen pasión en lo que hacen (mi madre sigue siendo la que más pasión y horas pone en esto) y sus valores son los de ser buena persona y ayudar siempre a los demás, son generadores de cambio social.

Podemos decir que mi primera pasión “descubierta” o “impuesta” fue el deporte. No tengo recuerdo de etapas de mi vida donde no me haya gustado o no me haya hecho feliz. La segunda pasión tarde más en descubrirla, aunque desde pequeño me ha gustado organizar o guiar a mis hermanos, primos, amigos, etc., a hacer cosas que a mí me hacían feliz. No fue hasta segundo de bachiller cuando descubrí que podía unir mis dos pasiones y hacer de ellas mi Vida. Gracias a varios profesores de educación física del IES Domingo Miral, decidí estudiar CCAFD y tratar de ser profesor de Educación Física.

Volvemos al deporte. Probé muchos de pequeño: esquí, taekwondo, futbol, etc. Pero estando en 1º de la ESO y tras ver varios entrenamientos de mi hermano en hockey y varios partidos del equipo senior me animé a probar y me enamoró.

Empecé más tarde que la mayoría de mis compañeros y siempre fui por detrás de ellos. Por suerte, en mis primeros años mi entrenador fue Sergey Zemchenko y aprendí lo básico muy rápido. Luego, gracias otros entrenadores, seguí mejorando pero no a la misma velocidad; siempre seguía algo por detrás de mis compañeros y no jugaba mucho, pero seguí trabajando duro y aprendiendo todo lo que podía tanto de entrenadores como de compañeros de equipo.

Finalmente llegué al equipo Senior a entrenar y mientras estudiaba en Huesca CCAFD, se cumplió un sueño y debuté en un partido con el primer equipo.

Conforme estudiaba y jugaba, y debido a mi afán de mejora constante, se iba gestando en mí el “gusanillo” y el interés de formarme como entrenador y comencé en España con los cursos de la federación.

En mi cuarto año de carrera me surgió la oportunidad de irme a estudiar al extranjero y seguir mejorando en mi deporte, por lo que me fui a estudiar a Ljubljana, Eslovenia. Allí pude cursar una asignatura de hockey hielo y entrenar varias veces al día con entrenadores de gran nivel, lo que me hizo mejorar como deportista y formarme más como entrenador.

Tras esta etapa, finalicé mis estudios y decidí irme a USA con el objeto de mejorar mi inglés, comenzar a trabajar como docente y conocer la educación de otro país. Además, tuve la suerte de caer en Minnesota y poder seguir jugando al hockey.

Tras regresar a España comencé a trabajar como docente y continúe jugando en el equipo Senior.

Con varios compañeros de equipo, siempre hablamos de cómo nos gustaría ayudar a que el hockey en España mejore, suba de nivel y tenga mayor difusión. Se está haciendo mucho desde los clubes y la federación, pero queda mucho trabajo por hacer. Seguimos siendo un deporte minoritario y no trabajamos tan unidos como deberíamos para que este deporte crezca.

Por suerte muchos clubes como el Club Hielo Jaca, lo están intentando y tienen ganas de que este deporte siga creciendo. Esto junto con el interés del Gobierno de Aragón, ha llevado a la creación de las aulas de tecnificación, Proyecto que puede ser fundamental para la mejora de este deporte en España.

Tenemos mucho trabajo por delante, pero si lo hacemos todos con pasión y de la mano, apoyándonos unos a otros, clubes, federaciones, instalaciones, gobierno, centros educativos, deportistas, entrenadores, etc… conseguiremos hacer crecer este deporte, porque todos queremos lo mismo: dar a los deportistas jóvenes las ayudas y herramientas que nosotros no tuvimos en su día.

A día de hoy vivir del hockey en España es muy difícil, máxime si no eres uno de los jugadores determinantes de la liga, pero existen otras maneras de seguir ligado a este apasionante deporte y hacer de él tu modo de vida.

Javier Chaín Moreno

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